Ahora ya no hará falta frotarse los ojos cada vez que veamos un dinosaurio, un olivo o un miliario, las aceras ya no se abrirán a nuestro paso; ni tendremos que sortear vallas y volquetes. La fiesta terminó, la orgía de arbustos y cemento llegó a su fin. Veremos ahora quién y cuándo paga las facturas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario