Las gaviotas están perfeccionando su modus operandi para almorzar. Antes se las veía venir, llegaban de frente al olor de las empanadillas o del croissant, incluso de las patatas fritas en las terrazas.
Las veías planear cerca de ti en cuanto abrías el bocata, y las podías eludir si estabas atenta.
Pero ahora vienen por detrás y te sorprenden mientras comes, te arrebatan el donus o la empanadilla casi, casi, casi de la boca.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAprenderon dos políticos!
ResponderEliminarPensei neles tamén!
ResponderEliminar