Vistas de página en total

martes, 24 de noviembre de 2015

Hoy soñé contigo

Hoy soñé contigo, de repente te vi en sueños y te llamé gritando; me sonreías, creo que me saludaste. Pero te girastey te fuíste.Me dio sensación de que no te podías quedar, alguien te había llamado y te tenías que ir. Aún recuerdo tu abrazo frío el día que te fuíste.

domingo, 15 de noviembre de 2015

El síndrome de Rebeca

Rebeca es peluquera como su madre y trabaja en la calle Zamora. También es modelo, a pesar de su look, lleva el pelo rosa como una Bratz. Rebeca salió apenas unos meses con Samuel, un maltratador. Tuvo que irse de Vigo. Su novio la lanzó dentro de su coche por un precipicio,aunque se salvó. También la retuvo encerrada con llave tres días en su casa. Cuando volvió a casa de su madre tenía tan mal aspecto que su propia madre sólo la reconoció gracias a la ropa.Samuel escupía cada día al pasar por su portal.Tamién tenía una orden de alejamiento de su madre que fue asesinada por su hermano el domingo anterior. Rebeca ha vuelto a Vigo, pero sigue con miedo.Pensó que había sido Samuel quien había matado a su madre, y parece monstruoso pero se alegró.Pasaría unos años más en la cárcel, muy lejos de allí.Pero la vida para personas como Rebeca e Inma siempre puede ir a peor.Ahora Samuel es un heredero más del piso de su madre, a escasos mentros de la peluquería de Rebeca. Para Inma ( la madre muerta) y para Rebe parece que en la vida les tocan las cartas marcadas. Desde que Inma hace veinte años tenía que enviar a sus hijos a las diez de la noche a casa de la vecina, porque en su casa ocurría algo que ellos no podían ver.Nadie preguntó de aquéllas, antes eso no se llevaba. Ahora ya n hay a quién preguntar...Heredaron los hijos de Inma el vicio de pegar? Ahora a ella ya le da igual, pero a lo mejor si alguien hubiera actuado en aquel momento esto lo habríamos podido evitar.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Muñeca rota

Puede que fuera la niña más guapa del colegio.Éramos adolescentes y nos contaba las cosas que hacía con sus novios, que nosotras en aquel tiempo y en aquel colegio de monjas, ni nos podíamos imaginar.Le podría haber ido bien en la vida, pero no fue así. Se convirtió en un objeto, muy bonito sí, que todo el mundo usó. Ahora con más de 40 años sigue asomándose al mismo balcón en que lo hacía cuando era niña.Sigue viviendo en casa de su abuela, pero su mirada está perdida y no tiene brillo.Y su cerebro no rige bien.