La basura siempre fue un problema en Italia, también un negocio como los incendios.
Nápoles ciudad parecía un estercolero, siempre en una eterna huelga de recogida de la basura. Pero no sólo la ciudad también los alrededores estaban llenos de vertederos incontrolados. En zonas escondidas pero con acceso rodado. Era una lucha inútil contra un hábito muy extendido en la población arrojar en las zonas semiaisladas neveras viejas, perros muertos, neumáticos o documentación.
A veces les plantaban fuego para destruírlas como había ocurrido unas cuantas veces en La Crocceta de Navia.
A veces en la basura aparecía documentación reiterada con nombres, señas de empresas y direcciones particulares. Era muy fácil actuar contra el infractor y denunciarlo; pero nadie quiso. Era un voto que se perdía…