Dijo que no quería hablar. Aunque se le notaba en la mirada que estaba haciendo un esfuerzo de contención enorme.
Sus ojos delataban tristeza y rabia. No sabría decir cuánto tiempo iba a aguantar sin hablar, antes de que el malestar y la injusticia supurasen por sus poros.
Se le notaba en la mirada que quería hablar aunque no podía. Son las intuiciones que a veces nos da nuestro oficio.
No iba a tardar en hablar. La última palabra aún no estaba dicha.