No sabía de dónde serían si de La Fenice o del Golfo de Poetas.
Bien sabía él los problemas que tenían para cultivarlos. Apenas había semillas. Las mafias presentes en toda Italia pagaban a delincuentes locales para que las robasen. Había miles de denuncias en la Eurocámara, pero nadie se quería meter con aquel sector que tanto dinero movía y que tenía estrechos contactos con los políticos tanto de Roma como de Bruselas.
Busqué y no me aclaré, si es realmente una novela o una ironía sobre nuestra tierra...
ResponderEliminarBicos
Eres demasiado lista Alís; intenta ser las dos cosas. 😘😘😘Se nota un poco no?🤣
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