Muchos en Vigo saben quién mató a Déborah Fernández Cervera. Era una persona que tenía una relación con ella y que la policía investigó. Muchos saben su nombre y sus apellidos, uno de ellos compuesto.
La pena es que no haya tantas pruebas físicas como exige la legislación española para meterlo en la cárcel.
La pena es que esta persona haya estado tan bien asesorada desde el minuto uno que llamó a su padre y luego a su excelente abogado. La pena es que ese abogado y quizás otras personas le ayudasen a construir una falsa escena post crimen con ADN, ( semen ) de otra persona. La pena es que tuviesen asesoramiento, cobertura e incluso un gran equipo de congelación o refrigeración donde se pudo conservar el cuerpo de Déborah durante varios días antes de dejarla tirada en una cuneta de O Rosal.
La pena es también que prosperase la denuncia del supuesto culpable al policía que le investigaba y se abortase? la investigación.
Ahora todo es más difícil. 17 años después. Pero también es muy difícil para su familia cruzarse con su supuesto asesino que sigue alegremente con su vida mientras el cuerpo de Déborah yace en Pereiró.
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domingo, 17 de marzo de 2019
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