Así sin preguntarnos. Lo cerraron por la cara, sin miramientos. Primero quitaron la terraza, después ocuparon nuestra mesa, la profanaron. Y ahora lo cierran.Adónde iremos?
Ahora entiendo a Sabina, triste, bucólico y lloroso cuando le cerraron su bar.
“ No había nadie detrás de la barra del otro verano”.Pero por lo menos y gracias a la crisis sabemos que el local sigue vacío; ya nunca abrirán un banco.
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sábado, 9 de junio de 2018
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