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jueves, 3 de septiembre de 2020

Un nabo

Marchaba eu da praia cunha saia de mercadiño hippie moi top, unha bolsa de Woman Secret para a praia un camiseta que nin lembro e un feixe de “faros” no colo: a Voz , o Nós, algunha revista. Decátome que unha señora está a fitar para min, como con ganas de falarme. Xa estaba eu empoleirada véndome como unha influencer; pensei, esta vaime preguntar polo camiseta, pola saia ou polo bolso... cando me di: oes, qué xornal é ese? Preguntando polo Nós. Élle un xornal nacionalista novo, quedé con el! Alá foi o meu soño de adicarme ó mundo da moda!

sábado, 29 de agosto de 2020

O departamento dos psicópatas

En todas as empresas hai un departamento de psicópatas. Un cemiterio de rinocerontes ou elefantes a onde van os que non saben qué facer con eles. Alí non curran moito, dedícanse a facer que fan e a “encalomar” o seu traballo ós demais. Alí acaban todos aqueles que ninguén quere ver. Non é un inferno, é tan só un limbo laboral.

miércoles, 26 de agosto de 2020

La suerte de Nuria

Tuviste mucha suerte Nuria porque a Carlos no le dio tiempo de matarte. Prefirió capar a tu novio en tu presencia y regodearse con tu dolor. Vaya cerebro enfermo. Te voy a despiezar a mi sustituto como si fuese la matanza de un cerdo. Con katana, machete y varios cuchillos de jamón. Te persigo en tu trabajo te pongo un localizador en el vehículo. Y mato a tu novio delante de ti. Menos mal que pudiste huír y contarlo. No así tu novio. Porque si no igual estábamos hablando de un terrible crimen sin resolver. Un doble crimen de una pareja española en Portugal. Y tu marido paseando tranquilamente por García Barbón. Quizás también hayas agradecido que sea un crimen sin fotos, por ser vos quien sois, y la sucinta cobertura del suceso a pesar de lo truculento y macabro que es. Tampoco hicieron demasiadas concentraciones por tu agresión. Sólo lo de Entrimo. Qué menos no? No ha muerto un animal. Bueno uno sí: el que se suicidó en el puente de Rande.

lunes, 24 de agosto de 2020

La pistola de tu abuelo

Cuando tu padre tuvo aquella afección pulmonar tan contagiosa dejó de estudiar en Santiago y abandonó aquella pensión de viudas en la que se alojaba. Tuvieron que desinfectar y desalojar su habitación. Fue entonces cuando aquella viuda y su hija mayor encontraron la pistola escondida. Quedaron de piedra. Eran los convulsos años cuarenta y el chico se relacionaba con gente de Falange. Ocultaron aquel secreto vergonzoso y un día que vinieron a Vigo dando un paseo por las avenidas, arrojaron aquella pistola al mar. La niña aún se acuerda. Cuántas pistolas más habrá en el lecho de la ría de Vigo.