Por razones que no vienen al caso estos días volví a un piso de estudiantes una mañana. Ceniceros repletos de colillas de cigarros y otras indeterminadas y vasos medio vacios.
Parecía que había viajado varias décadas atrás pero estaba en el presente.
El chófer de Ruíz Mateo era el hombre para todo del empresario, acompañado de algunos colegas que Ruiz M. hizo en la cárcel. Otros no tienen esa necesidad ya tienen a su servicio a sus villarejos particulares como hacen los narcos.
… con las sociedades cerradas, pequeñas tranquilas y mojigatas es allí donde ocurren los peores crímenes.
Cada vez que escuchaba una palabra suya se le encendía el alma, se le activaba el corazón, subían las pulsaciones y su temperatura subía un par de grados. Con tan solo una palabra suya.
Llegó la navidad y la huelga en los juzgados que ya se tomaban este tema con mucha tranquilidad.
Gestiones largas y complejas, y algún testimonio menor para tenerlos entretenidos.
