Nos llevó mucho tiempo intentar frustrar una buena investigación. Pensar qué pruebas habría y qué líneas de investigación se tomarían.
Lo primero que había que hacer era blindar al sospechoso número uno en un caso como este: el novio o exnovio. Montarle una cortada que señalase a otro u otros; daba igual quiénes fueran.
Fuímos a uno de los mejores picaderos de Vigo, muy cerca de la casa donde ocurrió todo. Estaba cerca del mar, tenía buenas vistas, y estaba en un extremo de la ciudad en un barrio residencial. Era un buen sitio a menos de que allí coincidieses con alguien conocido y allí fuimos a por varios ADNs fue muy fácil aunque bastante asqueroso.