miércoles, 23 de junio de 2021
La casa de Bouzas
Era un lugar inquietante. Vacío, semiabandonado. Parecía un viejo hospital, un psiquiátrico sin uso o un colegio mayor. Habría que buscarlo en internet. El jardín estaba abandonado y la casa parcialmente okupada. Allí cada uno hacía lo que quería: tomaba el sol, acariciaba a los perros o pintaba.
Lo extraño fue acabar allí cuando parecía que todo estaba abandonado y apuntalado.
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