Parece que los narcos, los atracadores y los delincuentes no tienen corazón. Pero no es así. Tienen alma y para algunas cosas son más sentidos que los demás.
Oubiña quiso estar en el entierro de Esther, y parece que va a ver su tumba cada vez que va a Cambados.
Y Tania Varela también arriesgó hace cuatro años cuando murió su madre, quiso poner el nombre de hija en una esquela, en la esquela de mamá.
Mostrando entradas con la etiqueta esquelas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta esquelas. Mostrar todas las entradas
viernes, 30 de marzo de 2018
Suscribirse a:
Entradas (Atom)