Cuando yo muera querré que me pongan la esquela en el Faro y que me lleven a Pereiró, en los nichos de mi familia al lado del cactus que mi abuela plantó. Cuando yo muera, no quisiera que me lleven al Vigomemorial, ni que me quiten la esquela del Faro como los malos hijos suelen hacer. Cuando yo muera habrá alguien que se acuerde de mí?
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