Soñaba con una cocina con una isla central, un grifo industrial curvado, y una chimenea aunque fuese falsa en el salón.
Unos sillones azul cobalto con unos resaltes dorados y una casa con un gran ventanal; en las paredes sus cuadros y varios mapas del mundo y planos de la ciudad. Quizá tapices étnicos y recuerdos de sus viajes y de sus paraísos particulares.
La colección de gafas y sombreros, los libros, las fotografías y las máquinas antiguas: la de coser, la de escribir, la de fotos e incluso aquella que parecía un torniquete y que servía para extraer jugo de carne.
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