Vistas de página en total

sábado, 23 de marzo de 2024

Engancha 2

En aquel momento su vida se convirtió en una constante huída hacia delante camino hacia ningún lugar. Dormía por las mañanas. Se levantaba a la hora del vermú, costumbre que respetaba religiosamente, comía cualquier cosa con una cerveza o dos y se echaba una siesta. Cuando despertaba se metía una raya o dos y volvía a salir y a comprar. Todos los días se le acababa el dinero y esperaba a las doce de la noche para poder volver al cajero y así todos los días hasta que reventó. Los camellos ya le conocían y hasta esperaban por él. Era el mejor cliente de la ciudad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario