Quién es Carmen? La víctima del crimen de la maleta

No lo sabemos y a lo mejor no lo sabremos nunca. Quizás lo sabe ya su familia: sus padres o sus hijos si los tiene. El juez ha blindado su identidad y quizás esté haciendo bien. Después de una vida dura en la que quizás su familia no pudo o no supo ayudarle,lo que peor le vendría a sus allegados es ver su foto en el periódico y que los amigos de sus hipotéticos padres o de sus hipotéticos hijos sepan que son familiares de ellos. Nos pasó con el crimen del polígono de As Gándaras. La hija de la víctima que es menor y reside con sus abuelos vio en la prensa la foto de su madre, pudo leer sobre sus adicciones y sobre su trabajo. Quizás lo sabía, pero ahora ya lo sabe también toda Galicia y todo su entorno. Nuestra profesión consiste en contar, a veces intentamos contar más que el otro, sin calibrar a veces el dolor o el daño que podemos hacer. Quizás haga bien el juez Carballal en proteger la identidad de esta mujer. Es una víctima. También se generó dolor cuando se hicieron otras cábalas previas sobre su identidad, gracias a eso la familia de otra mujer portuguesa de parecidas características físicas supo que ella estaba viva en Vigo, aunque ella no lo quería decir. Hace poco en un suceso cercano nos causó mucha rabia que trascendiesen datos de más, innecesarios que sólo causaron dolor en temas de los que la práctica periodística ha convenido que es mejor no hablar: menores, suicidios... hay un código ético y en menores incluso legal. Lo he sentido otras veces cuando narramos entierros y tendemos a usar imágenes de gente llorando, es parte de nuestra cultura y yo inicialmente soy partidaria de que se vea el dolor: han matado a una persona o fue víctima de un naufragio negligente; pero a veces "montando" imágenes alguien me dijo: no pongas esto que mi padre murió así,aún recuerdo cuando llegué a casa y estaba la televisión. Yo aún no sabía nada. El otro día me quedé de piedra viendo dos magazines vespertinos en televisión. De las dos grandes divas o reinas del medio. Hablaban de la situación en la que estaba el sobrino de María del Monte en su casa cuando lo detuvieron; lo que estaba haciendo en su cama a las seis de la mañana. De verdad era necesario? No es su absoluta e infranqueable intimidad?Tenemos derecho los periodistas a contar eso? Y la fuerza de seguridad que lo cuenta, quizá también lo pudo evitar. En ese momento también me acordé de Oubiña que se enfadó mucho por cómo Fariña recreaba su detención y lo que estaba haciendo en ese momento. Siempre soy partidaria de contar todo o casi todo, pero a veces hay que evitar el dolor y respetar la ley. La intimidad es sagrada y la protección de las víctimas también lo debería ser.