domingo, 7 de julio de 2024
Cómo cocinar langostino patagónico vivo
Inauguro hoy una sección gastro.
El langostino patagónico vivo es muy difícil de cocinar patalea hasta el último estertor como las nécoras,la centolla o la langosta. Intenta salir como sea de la olla de la cocción; hay que estar muy atento.
Lo mejor es cocinarlo a bordo, aunque hay quien lo quiere comer casi vivo, crudo en maceración en su propia bilis, en ceviches o carpaccio con salsa de chiles tatemados y aceite de cilantro como lo hacen en el Sibuya o en el Miyagi.
Los grandes expertos en cocción, flambeado y asado al carbón del langostino son los hermanos Amoedo: chef y subchef que acaban de abrir un restaurante efímero que se mueve por toda Galicia. Son virtuosos del tratamiento del crustáceo en condiciones adversas.
El laminado del langostino patagónico es su especialidad.
Hay quien los prefiere rebozados con un toque crunchy con fariña de maíz o maíz tostado como los ponen en el Alameda, aunque hay quien dice que allí los reciclan y nunca están demasiado frescos.
Otros restauradores los prefieren congelados o refrigerados como también el propio langostino. Es lo mismo que hacemos con el pulpo para romper sus fibras y que esté más blando.
El langostino patagónico ( Pleoticus muelleri) como ven es muy duro de pelar incluso para los expertos. Está acostumbrado a vivir en fondos arenosos a cuarenta metros de profundidad y es un animal eminentemente nocturno, durante el día se entierran y carecen de actividad.
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Cierto, es un especimen que además se cocina bien en harina (fariña en galego), eso sí, no dejéis que se descongela y quede olvidado, que luego el hedor es insoportable.
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