miércoles, 17 de julio de 2024
El olor del dinero
Los volvía locos. Era como una droga para ellos. Parecían aquellos perros de los aeropuertos adiestrados para detectar el olor del dinero.
Les daba igual de donde procediese, era lo de menos. Era su único dios y a lo único que le tenían cariño y respeto.
Eran capaces de tragar con todo a cambio de un trabajo, de un patrocinio o de un fajo de billetes.
Era asbolutamente demencial. El dinero se lo permitía y se lo perdobaba absolutamente todo.
Todo el mundo se rendía a su dinero y a su poder!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario