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domingo, 27 de octubre de 2024

Todas tus vidas…

Tú eras aquel señor que me arreglaba las muñecas. Que nos montaba el tren Payá y que me dio sabios consejos que yo seguí para no disgustarte pero que no me convencían en aquel momento. Con el tiempo supe que tenías toda la razón. Esta semana encontré tus "cestatutos" los tengo en el mueble bar. Los escritos de Cursillos no sé dónde los tendrás. Tu casa está llena de escondrijos y tambuchos que iremos poco a poco con calma iremos escudriñando e intentando no llorar. Y cómo estás tú? Aquí llenanos tu tiempo y tu espacio con mil cosas porque tú lo ocupabas casi todo. Suena el despertador por las mañanas y ya nadie pregunta a voz en grito los domingos si llueve o no. Que muchas veces llueve,bien sabes tú. El hueco que dejas es impresionante, la semana que te fuíste hasta Marta lloraba. Y eso que yo que no lo puedo soportar intento no verlos llorar, porque tampoco quiero hacerlo yo. No más de lo necesario.

4 comentarios:

  1. Llorar, y la tristeza, nos ayuda a soltar lo que ya no está. Lo que pasa que no siempre queremos dejarlo ir.

    Conmovedor texto

    Bicos

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  2. Este sí que es mi padre.Murió el dos de octubre

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