El asesino perfecto sigue con su vida normal. Asiste a sus ferias y congresos del sector; se codea con conselleiros y gente de nivel como si nada.
Es el psicópata perfecto. Después de matarla lloró por ella. Presentó sus condolencias a su familia, fingió compartir con ellos su dolor. Convivió con sus cuñados. Por algún tiempo coló. Desapareció del mapa cuando apareció el cadáver, aunque tuvo la sangre fría de volver por su entierro.
Nuestro asesino perfecto lleva en su conciencia un cadáver o quizás dos.
No es el peor de todos. Hay otros que tienen tres.
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Me parece que ese asesino perfecto tiene nombre y apellidos. Y seguramente la complicidad de la justicia o de los responsables de investigar muertes... que a veces parecen menos importantes.
ResponderEliminarSólo estoy elucubrando...
Bicos