Lo hacían nuestras madres, nuestras tías o nuestras abuelas. Llegaba octubre y hacían limpieza general. Subían al trastero o al “ faiado” los trastos de la playa y la ropa de verano y le metían mano a una casa dejada de la mano de Dios en tiempo de verano.
Llegaba un tiempo nuevo, había que eliminar la arena, poner las alfombras, sacar las mantas y empezar a ver cómo caían las hojas.
Probar el uniforme, comprar los libros, madrugar cada día, seguir la rutina, comenzaba un tiempo nuevo...
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Nunca he conseguido hacer una de esas limpiezas a fondo. Y no me vendría nada mal. Bueno no a mí, sino a la casa, jajaja
ResponderEliminarBicos
Por el sur no se puede sacar todavía ropa de invierno.
ResponderEliminarBesos.
Octubre tiene su propia rutina.
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