Este sábado tuve una conversación con la hermana de un chico que estaba entre la vida y la muerte. Hoy ya no está vivo. No tenía ni siquiera cuarenta años. Todos, él el primero asumieron la muerte con casi alegría y naturalidad; aprovechemos lo que nos quede, no hagamos llorar al otro; disfrutemos cada minuto. Despidámonos en vida, no vengáis a mi funeral. Una lección de vida y de muerte. Y un trabajo impresionante de l@s psicólog@s que los atienden!
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Vaya, lo siento. Es alguien muy joven para morir. Y supongo que en una situación así, la mejor compañera posible es la aceptación, para poder aprovechar el tiempo que nos quede. Aunque, si lo piensas bien, todos los días estamos entre la vida y la muerte, pero en la vida. Nos convendría tenerlo presente.
ResponderEliminarBicos
Ahí le has dado. Cuando la muerte viene a buscarnos no pregunta si estamos preparados. El quid no está en asumirlo, sino de qué modo lo tenemos asumido, porque no hay otra.
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