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lunes, 29 de enero de 2018

El amante de Evita Perón en Los pacientes del doctor García, Almudena Grandes

Cada vez estoy más convencida de que la mejor manera de aprender historia es a través de la ficción. Lo pienso siempre que acabo una novela de Almudena Grandes. Y con esta no ha sido distinto.”Los pacientes del doctor García nos retrotrae al Madrid de los nazis y la falange. A unos tiempos duros para unos, mientras otros vivían a cuerpo de rey. Nos descubre un personaje de la alta burguesía madrileña como Clara Stauffer Loewe, emparentada también con los Mahou, y con fuertes convicciones nazis por su origen alemán.
La novela relata como siempre suculentas anécdotas históricas como la aventura de Eva Perón con Otto Skorkeny. Y ahonda en triángulo de orotección nazi entre Alemania, Argentina y España.
Una novela en que nadie es quien parece, en la que los protagonistas llegan a tener terceras y cuartas identidades. Una historia que habla de amor hacia el final, pero hasta entonces los protagonistas se dejan mecer suavemente por la vida sin pedirle mucho más.
La novela me gustó mucho aunque hay partes que se hacen pesadas: como todo lo relativo al boxeo o a los campos de concentración.
Por el camino nos encontramos con viejos conocidos, habituales de las novelas que abordan esta época como Hans Lazar, agregado de prensa de la embajada de Alemania en España o Walter Kutschmann, capitán de las SS que cuando vio que el régimen nazi peligraba optó por refugiarse en Vigo con el falso nombre de Pedro Ricardo Olmo Andrés,  hasta que pudo huír a Argentina, también desde Vigo en el trasatlántico: Monte Amboto.
Llevó una vida plácida entre Buenos Aires y Miramar hasta que es detectado en 1975 y detenido po la Interpol diez años después; sin embargo la muerte, su eterna compañera lo libró de responder de sus crímenes el 30 de agosto de 1986.

sábado, 10 de mayo de 2014

Nació el GRAPO en una Comisaría?

Esa es una de las alucinantes teorías que se exponen distraídamente en la nueva novela de Almudena Grandes. La gran narradora, noveladora de la postguerra española.Según Almudena Grandes Roberto Conesa, alias Roberto el Orejas en "Las tres bodas de Manolita" pudo haber "fabricado" uno de sus primeros éxitos policiales en democracia. En enero de 1977 el Grupo Revolucionario Antifascista Primero de Octubre, GRAPO secuestra a Antonio Maria de Oriol y Urquijo, presidente del Consejo de Estado y al teniente general Emilio Villaescusa, presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar. Fue un secuestro muy extraño porque no convenía a los intereses de la izquierda y por la dificultad de los objetivos. En febrero del 77 siendo ministro del interior, Rodolfo Martín Villa encarga a Conesa que se ocupe del doble secuestro. Lo resuelve en escasos días sin un disparo, y sin forzar una puerta.Segun la narradora "como otras acciones de los GRAPO, aquella tuvo el resultado de equilibrar una sangrienta balanza, sugiriendo que la policía tenia motivos para actuar como lo hacía". Asombrosa es también la evolución de este personaje macabro, para los que casi hemos nacido en democracia; el Orejas perteneciente de joven a la izquierda que hace la guerra con la república y que luego se hace delator y miembro de la monstruosa Brigada Político Social, donde delata y tortura a aquellos que fueron sus compañeros. Gracias a nuestra transición "soft" de la que ahora vamos sabiendo cosas poco a poco, Roberto Conesa Escudero, otrora jefe de la Brigada Político Social y con colaboradores como Luis Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, Roberto Conesa llega a ser jefe superior de la policía de Valencia (nombrado por Manuel Fraga como ministro de Interior) y conseguir la medalla de oro al mérito policial, precisamente en febrero de 1977 por la liberación de Oriol y Villaescusa que a lo peor él planeó. Cuando todos sus viejos amigos de la izquierda a los que delató lo ven en televisión casi casi quedan en shock. Es una aberrante injusticia y una de las partes más impactantes del libro que nos enseña una parte muy dolorosa y dura de nuestra historia con una gran crudeza. Almudena Grandes escribe bien, muy bien y narra una buena historia, pero muy dura y triste donde cada lágrima se mezcla con la siguiente y donde la miseria es la moneda común. Sólo queda la fuerza,la ilusión y el coraje de aquella gente que luchó con cierta alegría y una coherencia de héroes por el país en el que sus padres creyeron. Creo que más que una novela es un fragmento de historia novelada. Me gusta mucho Almudena, aunque quizá más su capacidad de captar la vida cotidiana, que su narración de los aconteceres políticos de postguerra. En los otros episodios lograba un "ten con ten" en "Las tres bodas de Manolita" la crudeza de nuestra historia política más cruel y próxima se desborda en sus páginas. Aún así me gustó. Quizá mi ejemplar de papel que aguantó grandes días de lluvia gallega, también pudo con las lágrimas que apenas pude contener al ver cómo de verdad fue la vida de algunos de los abuelos de España y que muchos quieren olvidar.