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sábado, 14 de febrero de 2015

Las mariquitas malas de televisión

Son una leyenda? Un mito urbano? Una impostura? No, son verdad; quien las conoce lo sabe y muchos las sufren.Combinan lo peor de nosotras las mujeres con lo peor de ellos, los hombres. Van de divas, de locas, histėricas,histriónicas. Cada arruga,cada cana es una crisis.Crean cortes de vasallos a su alrededor: su novio, su ex, el que les gusta y el que no.Los hay casados y en pareja, los del amario abierto,y que a pesar de conducir programas de máxima audiencia se suben a las carrozas del Orgullo Gay para pellizar allí todo lo que se mueve.Son obsesivos, perfeccionistas trepas atentos a cada gramo en su báscula y a los que campan en la cintura de los demás. Suyos son los triunfos y los errores de los demás.Celosos, envidiosos y chivatos. Da igual a quė nivel estén.A veces es peor una diva de barrio o de una cadena local. Y luego están l@s resentid@s los que no se atreven a salir... y esos son lo peor de todos, crėanme.

sábado, 10 de mayo de 2014

Nació el GRAPO en una Comisaría?

Esa es una de las alucinantes teorías que se exponen distraídamente en la nueva novela de Almudena Grandes. La gran narradora, noveladora de la postguerra española.Según Almudena Grandes Roberto Conesa, alias Roberto el Orejas en "Las tres bodas de Manolita" pudo haber "fabricado" uno de sus primeros éxitos policiales en democracia. En enero de 1977 el Grupo Revolucionario Antifascista Primero de Octubre, GRAPO secuestra a Antonio Maria de Oriol y Urquijo, presidente del Consejo de Estado y al teniente general Emilio Villaescusa, presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar. Fue un secuestro muy extraño porque no convenía a los intereses de la izquierda y por la dificultad de los objetivos. En febrero del 77 siendo ministro del interior, Rodolfo Martín Villa encarga a Conesa que se ocupe del doble secuestro. Lo resuelve en escasos días sin un disparo, y sin forzar una puerta.Segun la narradora "como otras acciones de los GRAPO, aquella tuvo el resultado de equilibrar una sangrienta balanza, sugiriendo que la policía tenia motivos para actuar como lo hacía". Asombrosa es también la evolución de este personaje macabro, para los que casi hemos nacido en democracia; el Orejas perteneciente de joven a la izquierda que hace la guerra con la república y que luego se hace delator y miembro de la monstruosa Brigada Político Social, donde delata y tortura a aquellos que fueron sus compañeros. Gracias a nuestra transición "soft" de la que ahora vamos sabiendo cosas poco a poco, Roberto Conesa Escudero, otrora jefe de la Brigada Político Social y con colaboradores como Luis Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, Roberto Conesa llega a ser jefe superior de la policía de Valencia (nombrado por Manuel Fraga como ministro de Interior) y conseguir la medalla de oro al mérito policial, precisamente en febrero de 1977 por la liberación de Oriol y Villaescusa que a lo peor él planeó. Cuando todos sus viejos amigos de la izquierda a los que delató lo ven en televisión casi casi quedan en shock. Es una aberrante injusticia y una de las partes más impactantes del libro que nos enseña una parte muy dolorosa y dura de nuestra historia con una gran crudeza. Almudena Grandes escribe bien, muy bien y narra una buena historia, pero muy dura y triste donde cada lágrima se mezcla con la siguiente y donde la miseria es la moneda común. Sólo queda la fuerza,la ilusión y el coraje de aquella gente que luchó con cierta alegría y una coherencia de héroes por el país en el que sus padres creyeron. Creo que más que una novela es un fragmento de historia novelada. Me gusta mucho Almudena, aunque quizá más su capacidad de captar la vida cotidiana, que su narración de los aconteceres políticos de postguerra. En los otros episodios lograba un "ten con ten" en "Las tres bodas de Manolita" la crudeza de nuestra historia política más cruel y próxima se desborda en sus páginas. Aún así me gustó. Quizá mi ejemplar de papel que aguantó grandes días de lluvia gallega, también pudo con las lágrimas que apenas pude contener al ver cómo de verdad fue la vida de algunos de los abuelos de España y que muchos quieren olvidar.