En la escuela de Palermo se les llenaba la boca con la ética y el procedimiento. Después en la práctica pronto te dabas cuenta de que no era así.
En mis primeras prácticas en Sicilia aluciné cuando nos llamaron para mediar en una reyerta y el jefe le obligó al conductor a ir por el camino más largo, a dar un inmenso rodeo, a ver si teníamos la suerte de que cuando llegásemos ya se hubiese disuelto el jaleo.
Otra imagen que no se me va de la cabeza fue el día en que nos llamaron tras el hallazgo de un cadáver en un monte también de Palermo, en teoría el hombre llevaba horas muerto.
Era mi primer cadáver, estaba algo impresionado; pero aún así pensé que era importante darse prisa, llegar pronto al escenario del crimen hasta que mi jefe me volvió a parar. Espera que igual aún están los asesinos… Me quedé de piedra, me quedé de piedra yo y también la familia de la víctima que nos había acompañado para reconocer el cadáver…
La teoría que se enseña difícilmente se mantiene en la práctica. ¿Por qué? No lo sé, pero me pasó lo mismo cuando cambié la facultad por el periódico.
ResponderEliminarBicos