Sola, serena, despierta amaneció Marilyn en Churruca; eran las ocho de la mañana y quería tomar la última, pero todo estaba cerrado. Yo iba al trabajo y no sé cómo acabó, si cogió un café para llevar en Hernán Cortés o acabó la noche en casa de alguien con pocos escrúpulos y dispuesto a contaminarse. El caso es que al mediodía, a primera hora de la tarde; quien dice a las tres, Marilyn ya no estaba allí...
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No sé a ti, pero a mí me darían ganas de llevármela
ResponderEliminarBicos
Bueno, es evidente que a ti no, jajaja
EliminarBueno yo lo pensé, pero me dio un poco de asco/grima. Sobre todo en estos tiempos. Alguien no debió de pensar lo mismo porque ocho horas más tarde Marilyn ya no estaba allí!!!
ResponderEliminarO outro día había libros na rúa para levar a casa e non os collín por esta paranoia que nos anula.
ResponderEliminarNo día seguinte seguían e collín un e metino no maleteiro do coche. Cando remate esta peste sacareino e lereino.
Estamos volvéndonos todos todos, pero se lavas as mans ó entrar e saír do super pareceume moi tolo coller un cadro do lixo!!
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