Cuando pudo acceder a los legajos le sorprendieron varias cosas. La primera fue que el protagonista no había ido al gimnasio como siempre dijo y menos aún había vuelto a por el reloj.
Tampoco jugó aquel partido en el club de tenis, aunque parece que sí que hubo partido, no fue una pachanga de cinco como se obstinaron en defender para ocultar que sí hubo un partido contra el equipillo de Bouzas contra el que jugaban siempre. Había que ocultar este detalle porque los de Bouzas podrían decir que Paul no jugó, que no se le esperaba y que llegó tarde y nervioso, ante la sorpresa de todos que no entendían por qué fue. Aquello tenía un tufo de búsqueda de coartada indecente.
Cuando buscan a la víctima Paul hace bromas ( no sé de qué tipo). Cuando se queda a solas con la hermana casada de la víctima se le insinúa aprovechando que no está su marido.
En el entierro y en el funeral no se acerca a dar el pésame a la familia de la víctima, a los que conocía bastante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario